En algunas ocasiones, los problemas emocionales que experimentan los niños no se expresan con palabras, sino con señales sutiles que pasan desapercibidas o que se confunden con una “mala racha”. Sin embargo, saber identificar esas señales a tiempo puede marcar la diferencia en su bienestar y desarrollo.
Un artículo para familias y profesionales
Sobre este tema trata el reportaje que recientemente he publicado el medio digital Eldiario.es bajo el título:
Qué señales nos alertan de que un niño tiene problemas emocionales
He tenido la oportunidad de participar en él aportando mi visión como orientador educativo, junto a otros profesionales de reconocido prestigio en el ámbito de la psicología y la infancia.
Qué aporto como orientador educativo
Mi intervención en el artículo se centra especialmente en aquellas señales que se manifiestan en el entorno escolar:
- Cambios en el rendimiento académico
- Aislamiento del grupo
- Conductas desafiantes o disruptivas
- Somatizaciones que pueden esconder malestar emocional
Son situaciones con las que trabajamos a diario en los centros educativos y que exigen una mirada atenta, formación específica y, sobre todo, una coordinación estrecha con las familias.
Una oportunidad para visibilizar el trabajo orientador
Formar parte de este tipo de reportajes es siempre una experiencia enriquecedora. No solo permite que nuestro trabajo como orientadores tenga una mayor visibilidad social, sino que también contribuye a divulgar temas clave relacionados con la salud emocional de los más pequeños, algo especialmente necesario en estos tiempos.
Desde aquí agradezco al equipo de Eldiario.es y en concreto a su redactora Ana M. Longo, la oportunidad de colaborar, y también a quienes, desde diferentes enfoques profesionales, compartieron sus reflexiones y experiencia en el artículo. Creo firmemente que sumar miradas es la mejor forma de acompañar de verdad a los niños y niñas que lo necesitan.
Te invito a leerlo
Si eres madre, padre, docente o profesional del ámbito educativo o sanitario, te animo a leer el artículo. Estoy seguro de que encontrarás pistas útiles para estar más atento a lo que sienten los niños… incluso cuando no lo dicen.

